La oposición mostró sus cartas y define su futuro

La votación de la nueva fórmula jubilatoria en Diputados dejó una foto de los caminos que empezó a recorrer la oposición, que en los próximos meses deberá definir su posicionamiento para las próximas elecciones legislativas.

La votación de la nueva fórmula jubilatoria en Diputados dejó una foto de los caminos que empezó a recorrer la oposición, que en los próximos meses deberá definir su posicionamiento para las próximas elecciones legislativas y empezar a evaluar un escenario para los comicios presidenciales, un horizonte lejano, en el que sólo parece estar claro que Javier Milei buscará la reelección.

La sesión ratificó al PRO como única fuerza dispuesta a alinearse con el Gobierno a libro cerrado, sobre todo cuando se discutan proyectos que amenacen el equilibrio fiscal. No es algo nuevo: hasta el año pasado, Mauricio Macri llamaba a sus legisladores para pedirle no votar iniciativas que impliquen gasto.

Esa actitud se había vuelto un chiste en el Congreso, donde sugerían que no había oposición en el mundo que cuidara las cuentas ajenas. Llegó a ser un comentario jocoso de Sergio Massa ante el staff del Fondo Monetario Internacional, durante la negociación del acuerdo de 2022.

La UCR y la Coalición Cívica, en ese entonces, tenían posturas dispares. En marzo se alinearon con un planteo común: subir las jubilaciones para contemplar la inflación de enero y, además, cambiar la fórmula de movilidad, considerando la inflación y, además,  la variación salarial. 

El bloque identificado con Elisa Carrió inició la embestida con un pedido de sesión especial, que derivó en un debate en comisiones y en dictámenes que llegaron al recinto el último martes.

Para aprobar una versión final fue necesario un acuerdo entre la oposición no peronista -a excepción del PRO- y Unión por la Patria, que resolvió su interna y aceptó votar el dictamen de sus colegas. Fue aprobado con una mayoría de dos tercios que, de repetirse, le impedirá a Milei sostener un veto.

El PRO se mantuvo junto al Gobierno, aunque tuvo siete ausencias. El bloque conducido por Cristian Ritondo mantiene su alianza con La Libertad Avanza hasta la sanción de la ley bases. 

Después, impulsará una agenda propia para imponer temas que le corran el arco al Gobierno, como ficha limpia, el proyecto que impide candidaturas de quienes tengan una condena por corrupción en segunda instancia. También habrá cuestionamientos en política exterior.

La idea de Macri, por ahora en silencio, es sentar las bases para un acuerdo electoral con La Libertad Avanza en el que no tenga que ser furgón de cola, sino un complemento para garantizar la mitad de los votos del país, como los que obtuvo en el ballotage. 

La puja de Macri será con Karina Milei, quien prepara las bases jurídicas para tener un partido propio que no la obligue a cerrar una alianza con otros sellos, como fue en 2023, un esquema que exige pagar favores con candidaturas. Patricia Bullrich intermedia a favor de la hermana del Presidente y trata de alinear a una parte del PRO. Para la ministra, el único camino es la fusión de los amarillos con La Libertad Avanza.

El resto de la oposición quedó desorientada después de la votación de la reforma jubilatoria. Radicales y lilitos no tienen en claro si ganaron desmarcándose del Gobierno y, menos aún, saben dónde están yendo. 

El jefe de la UCR, Rodrigo De Loredo, celebró el acuerdo con el PRO para intentar impedir -sin éxito- las jubilaciones de privilegio. “Suerte que volvieron,  primos”, fue su frase, con la que intentó dejar claro que el diálogo con Unión por la Patria se cortaría esa misma madrugada. 

En su discurso, además, el cordobés ratificó, por si hacía falta, que apoyará la ley bases cuando vuelva del Senado. No sea cosa que alguien creyera que la sanción de este proyecto haya entrado en riesgo. 

La UCR renueva la mayoría de sus bancas el año que viene y sólo puede retener una parte si provincializa elecciones y evita que crezcan listas de La Libertad Avanza. Para dar ese paso, es necesario que no haya antecedentes de votar diferentes en el recinto en temas claves. 

Los gobernadores creyeron que ayudar a los jubilados podría ser elemento superador de la causa libertaria. El partido centenario administra provincias conservadores, como Mendoza, Jujuy, Chaco y Corrientes. Santa Fe es la única con algún resabio progresista. 

Los mandatarios de la UCR no tienen claro si la gente que los votó quiere que se opongan a Milei, aun en temas sensibles como las jubilaciones. La lógica con la que razonan los gobernadores radicales no difiere de la de los partidos provinciales, quienes juegan al equilibrio de ser oficialistas nacionales y fuerzas únicas en sus distritos.

Elisa Carrió no descarta volver a ser candidata el año que viene y para eso necesita un espacio opositor diferente al kirchnerismo. Su bloque en la Cámara baja no está tan seguro de conseguirlo y algunos coquetean con el oficialismo para tener una sana convivencia. 

En el tema jubilaciones, fueron los primeros en llamar a una sesión especial, pero escondieron la cabeza cuando fue el momento de juntar los papeles y escribir un texto común. 

Prefieren que ese trabajo lo hicieran los radicales, quienes, para frenar la confrontación, pidieron posponer el tratamiento de proyectos para mejorar el presupuesto de las universidades y restablecer el Fondo Nacional de Incentivo Docente. No quieren ir tan rápido en su rol de oposición lisa y llana. No tienen tan claro si es el camino correcto.

 

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