La decisión de YPF, que probablemente será seguida por otras petroleras como Shell, Axion y Puma, se enmarca en un contexto de constantes ajustes en el mercado de combustibles. La empresa explicó en un comunicado que su compromiso con los consumidores se basa en el "monitoreo continuo de las principales variables que componen el precio de sus productos: precio internacional del petróleo, tipo de cambio, impuestos a los combustibles y biocombustibles".

Si bien la suba de los impuestos podría haber sido mayor, el Gobierno decidió postergar la actualización completa que correspondía, aplicando solo un incremento del 1%. Esta medida, aunque menor, tiene un costo fiscal significativo, estimado por algunas consultoras en más de 200 millones de dólares mensuales. Es importante recordar que si bien en marzo se recuperó el ajuste pendiente por la inflación del último trimestre de 2023, aún quedan pendientes los cuatro trimestres de 2024 y el primero de 2025.