La chicharrita genera pérdidas "gravísimas" en los cultivos de maíz del país
Es un insecto vector de Spiroplasma, una enfermedad letal para el maíz. En algunos campos, su presencia generó daños y pérdidas totales, mientras que en otros ronda entre el 50 y 80 por ciento. "La gravedad es terrorífica", indican.
Productores agropecuarios están preocupados por la aparición de la “chicharrita”, un insecto vector de Spiroplasma, una enfermedad letal para el maíz. Temen que los daños que provoca en los cultivos hagan caer la producción maicera de la corriente campaña.

Se trata de un insecto que tiene entre 3 a 4 milímetros de longitud, de color amarillo pálido y tiene dos manchas redondas negras sobre el vértice de la cabeza. Los individuos adultos se alojan en hojas o tallos y las ninfas nuevas se encuentran preferentemente en las hojas de cogollo de la planta. La hembra pone en promedio 480 huevos durante su vida.

Especialistas del INTA informaron que la rápida reproducción y migración de esta plaga ocurre por la combinación de altas temperaturas y abundantes precipitaciones, junto con el escalonamiento en las fechas de siembra. En ese sentido, se supo que influyó que en Argentina hubo un invierno muy cálido, con pocas heladas y de baja intensidad. La “chicharrita” sobrevivió a esas condiciones y en una etapa posterior, comenzó a incrementar su crecimiento poblacional y a expandirse.
 
 
Empezó a presentarse en cultivos del Norte del país, donde es más habitual, y luego se expandió hacia la región Centro y Litoral, donde está haciendo una cobertura “nunca antes vista”. Asimismo, aseguran que está presente en otras partes del país, por ahora, con menor incidencia.

El monitoreo de la “chicharrita” no es sencillo debido a su tamaño, movilidad y localización, principalmente en cogollos u hojas nuevas. Los especialistas recomiendan acercarse cuidadosamente a monitorearlas evitando cambios de luz, ya que eso las altera, se mueven y no se las puede visibilizar. No obstante, aclaran que la sola presencia de “la chicharrita” no indica necesariamente la aparición de la enfermedad.

Uno de los principales signos de presencia de esta plaga es el achaparramiento del cultivo. Recomiendan observar: inicialmente se ve clorosis en los márgenes de las hojas más nuevas y manchas rojizas o purpúreas, amarillentas en las hojas más viejas. Cerca de la floración masculina se pueden ver plantas mal desarrolladas, macollos o enraizamiento excesivo y espigas estériles. También afecta al número y peso de granos.
 
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