Marcelo Abaca es un apasionado de su profesión. Trabajó en la aduana más de 15 años y esta experiencia sumada a su formación en Comercio Exterior le brindó el conocimiento necesario para poder atender a los actores involucrados en la importación y exportación. Actualmente, el Estudio Jurídico Aduanero Abaca y asociados cuenta con oficinas en Rosario, Buenos Aires y en Barcelona desde principios del año pasado. De este modo, brinda asistencia en el extranjero y en Argentina presta servicios en 60 aduanas activas.

“Atendemos a todo el mundo vinculado al comercio exterior, ya sea despachante de aduana, importador y exportador. La apertura de oficinas en Barcelona requirió primero un proceso de homologación del título para poder ejercer. Contamos con un socio catalán y nuestro horizonte es que más allá de la coyuntura actual, que en lo económico es complejo y grave, porque aún no hay pautas claras de cómo trabajar en el sector y es muy difícil proyectar negocios en materia de importación y exportación, sabemos que hay muchos productos en Argentina con precios competitivos, a raíz de la devaluación de la moneda. Nuestra oferta en este aspecto es ofrecerle al cliente el ingreso a España y a la Unión Europea para ingresar el producto a ese mercado y comercializarlo de forma directa. Pero es un momento en el cual no hay reglas claras para las empresas que deciden ampliarse hacia otros lugares”, detalló Marcelo Abaca a INFOROSARIO durante una entrevista exclusiva.

Asimismo, el asesor informó que desde la Ley de Nietos hay gente que logró sacar la ciudadanía y este es un trabajo que también vienen haciendo: “A través de la ciudadanía está la posibilidad de crear una sociedad limitada, los requisitos en España son muy pocos y el capital que te exigen es un euro”.

“Nuestro espectro de trabajo varía desde importadores, exportadores y su conflicto con la aduana a la hora de salir o ingresar mercadería, de poder pagarlas, cobrarlas, diferencias con las calidades de las mercaderías, accidentes, faltante de mercarías, es decir, ante toda situación conflictiva que se genera, nosotros brindamos asistencia a nuestros clientes en ese plano”, destacó.

En cuanto a la actualidad del sector, Abaca precisó que “todas las resoluciones aduaneras pueden ser apeladas ante el Tribunal Fiscal de la Nación que funciona únicamente en Buenos Aires, un síntoma más del unitarismo que sufrimos, o si no están los juzgados federales de cada ciudad, pero no todas tienen” y se refirió al mal momento que sufren hoy en día los despachantes de aduana. “La profesión está en crisis porque el DNU emitido por el gobierno elimina a obligatoriedad del despachante de aduana a la hora de importar o exportar, que va en contramano de lo que aconseja la Organización Mundial del Comercio respecto de contar con profesionales idóneos”, explicó.

En este sentido, argumentó las tareas que realizan y su importancia a la hora de documentar una exportación o importación: “hay conocimiento técnico que necesitas para hacerlo correctamente (tratamiento arancelario de la mercadería, qué impuestos pagar, normativa vigente, etc), todo se registra a través de un sistema informático y hay que tener conocimiento para ello,  porque los errores se transforman en infracciones aduaneras que tienen sanciones, por lo tanto no es algo simple que lo puede hacer cualquiera”.

Consultado por las diferencias que encuentra entre Argentina y España, el doctor Abaca manifestó que si bien el ejercicio profesional no es muy distinto, la diferencia principal es que hay un Poder Judicial que funciona en tiempo y forma. “Allá hay cosas que funcionan a otra velocidad. Desde el punto de vista procedimental es todo bastante parecido, porque nuestro origen es el derecho romano, encontramos fuentes e institutos muy parecidos y allá la figura que se usa es la del agente de aduana, no la del despachante”. El especialista agregó además que en España existe un postcontrol, ver la mercadería una vez liberada, “hay un tiempo de movimiento del comercio y agilidad, mientras que acá hay muchas veces demoras sinsentido”.

Evaluando el mercado, sostuvo que en términos generales hay un proceso de concentración de los rubros y cada vez hay menos jugadores que terminan monopolizando cada rubro. “Esta concentración hace que empresas chicas tiendan a desaparecer. Se han destruido los precios relativos, hoy los precios en Argentina cuestan igual que el exterior o el doble de lo que valen allá. Las importaciones están inmersas en proceso de pago en cuatro cuotas de 30, 60 y 120 días, eso hace difícil que alguien te venda en el exterior. El que maneja el producto le pone el precio que quiere. En la medida en que se clarifiquen las reglas de juego habrá oportunidades respecto de la venta de alimentos argentinos, pero falta acompañamiento del Estado a los sectores”, añadió Abaca.

Finalmente reflexionó: “Nuestro trabajo es dar asistencia luego del trabajo aduanero. En 30 años de trabajo le podemos aportar a las situaciones una experiencia real, más allá del libro, porque hemos estado del otro lado del mostrador. Somos un equipo de tres abogados, más gente en constante formación”.

En la cuenta de Instagram “estudioabaca” hay mucha información y consejos para aquellos actores del sector y potenciales.