La Subsecretaría de Deportes, a cargo de Julio Garro, redujo notablemente el dinero destinado a los atletas y, por ello, requiere de medidas extremas, las cuáles están siendo consensuadas junto a los responsables de las Confederaciones para evitar futuros conflictos. Y uno de los primeros deportes apuntados es el Judo.

Es por esto que, semanas atrás, se llevó a cabo una reunión vía zoom, de aproximadamente una hora, entre Oscar Cassineiro (Presidente de la CAJ), Carolina Madrid Mori (representante de la CAJ) y Ramiro Fernández Tellez-Jorge Callace (por el lado de la Subsecretaría de Deportes). Allí se detalló la cantidad de becas que se podría apoyar en 2024, de acuerdo a la disponibilidad presupuestaría que tiene la Subsecretaría de Deportes. 

Según la información que trascendió, las partes estuvieron de acuerdo en que la Subsecretaría de Deportes mantenga, hasta los JJOO, las becas que tienen su par en el ENARD y mantener cuatro de las que tienen en la Subsecretaría (pueden ser entrenadores o deportistas de transición hasta 22 años y no necesariamente deben estar apoyados por el ENARD). Además, consensuaron en que “podrán ser deportistas en su totalidad o que haya un entrenador en el listado”. 

Uno de los puntos claves que se trató en el cónclave es que, manteniendo el esquema actual, a partir del mes de junio la Subsecretaría de Deportes no cuenta con partida presupuestaria para sostener el pago de las becas a deportistas y entrenadores. Incluso, uno de los debates para el segundo semestre será qué deportes son de alto rendimiento y cuáles necesitan ayuda estatal.

“Todas estas medidas van a ser acompañadas por la CAJ porque el judo no está por fuera de la situación que está viviendo el país y hay que hacer un cambio para que se pueda mejorar, por eso hay un apoyo a las medidas tomadas por la Subsecretaría de Deportes”, fue la conclusión final de la reunión virtual.

En medio de este panorama, Laura Martinel, histórica entrenadora de la ‘Peque’, quien obtuvo las preseas de bronce en Beijing 2008 y oro en Río de Janeiro 2016, recogió el guante y decidió responder. “Yo no estuve en la reunión entre la Subsecretaría y la dirigencia de la Confederación. Cuando me pidieron que mande el listado de la reducción, ahí sostuve ´nos quedamos sin deporte´, con esta medida. Por eso renuncié a mi beca para sostener a más atletas", le reconoció la entrenadora a Doble Amarilla. 

Martinel, también Directora Técnica Nacional de la Confederación Argentina de Judo, fue designada para elaborar el listado de quiénes mantendrás la beca. Teniendo en cuenta esto, para evitar recortar en otros deportistas, primero optaron por renunciar junto a la ‘Peque’: “lo hablé con Paula (Pareto) y ahí fue donde decidimos renunciar a las becas de Subsecretaría”, admitió la coach.

Vale destacar que, desde el inicio del 2024, la cantidad y categoría de los becarios ENARD de Judo se mantuvo estable. Son 28 los becados entre atletas y oficiales en Judo. El ente paga, sólo en becas, un monto total de $9.540.727 y hace una erogación de U$D 350 mil por año en este deporte. Los beneficiarios son 17 atletas (de los cuales 7 son paralímpicos, 7 olímpicos y 3 ‘jóvenes talentos’) y 11 oficiales (9 entre entrenadores/auxiliares, 1 CTO y 1 ‘beca especial’ para Laura Martinel).

El único cambio producido, desde que comenzó el año, fue en el programa de Transición al alto rendimiento (Programa TAR) donde, a pedido de la Confederación, se dio de baja por rendimiento a Esteban Barrionuevo y se dio ingreso a Tobías Vidal. En cuanto a entrenadores, en el mes de marzo, se aceptó el pedido de excepción de categoría de becas para los entrenadores de Ariel Sganga y Sebastian Alquati. Ambos estaban realizando el proceso de clasificación a París junto a los equipos femeninos y masculinos del deporte, pasando de ser ‘Entrenador Panamericano’ a ‘Entrenador Olímpico Paris 2024’.

Los Juegos Olímpicos de París 2024 están a la vuelta de la esquina: se celebrarán desde el viernes 26 de julio hasta el domingo 11 de agosto. Mientras tanto, a dos meses del inicio de la competición, las partes están inmersas en un conflicto económico que parece no tener una solución a corto plazo.