En una sesión histórica, el jueves pasado los ediles aprobaron la ordenanza de autonomía municipal, que habilita el inicio de un proceso de transformación política, administrativa y normativa sin precedentes. Su promulgación se realizará esta semana y desde allí, el municipio iniciará la implementación progresiva de nuevas facultades normativas, administrativas, fiscales y participativas. A su vez comenzará a prepararse el proceso político y técnico que culminará con la Convención Estatuyente, encargada de redactar la primera Carta Orgánica municipal.
El concejal Federico Lifschitz, analizó este hito histórico para la ciudad y afirmó: “El debate por la Autonomía de Rosario no puede ser un efímero tecnicismo, tiene que ser la respuesta concreta a los problemas de los vecinos en materia de seguridad, orden urbano y gestión municipal. Es el momento de que la ciudad gane herramientas concretas para tener el control de su futuro y planificar las próximas décadas. Es un logro histórico impulsado por el socialismo en las últimas décadas, debe ir más allá de su alcance técnico-administrativo”.
“La Autonomía tiene que ser la herramienta indispensable para construir una gestión local honesta, eficiente y enfocada en la calle, sin depender de las estructuras provinciales. Necesitamos que esta capacidad de autogobierno se consolide como un escudo institucional, que nos permita consolidar un nuevo paradigma de gestión pública. Es el momento de dejar de mirar a los tecnicismos y empezar a mirar hacia el barrio, garantizando soluciones que no sean efímeras, sino que se anticipen a los problemas del mañana”, continuó el concejal del Partido Socialista.
Cabe destacar que la ordenanza establece una reorganización profunda de la estructura política, administrativa y financiera de Rosario, con tres ejes centrales: Autogobierno pleno: capacidad normativa propia, elaboración de la futura Carta Orgánica, reorganización de competencias; Modernización administrativa: reformas en gestión, procedimientos, compras públicas, gobierno digital, régimen laboral y control del gasto; y Democracia urbana ampliada: abocada a nuevos mecanismos de participación, fortalecimiento del vecinalismo y transparencia.
Federico Lifschitz explicó que la autonomía no es solo un derecho legal, también implica un deber para terminar con el esquema de tutela institucional: “Este hito legal nos posibilita dejar atrás la dependencia y asumir plenamente la responsabilidad de nuestro propio destino”.
También sostuvo que la autonomía tiene que ser la llave que permita crear y controlar la propia Policía Municipal. “Actuar como primer mediador en conflictos vecinales, proteger los barrios y realizar tareas disuasivas en áreas críticas, ordenando el espacio público. Si bien los grandes delitos se combaten desde la provincia, la forma de relacionarnos y la calidad de vida se definen en el día a día. Por ello, nuestra Carta Orgánica también debería contemplar los Tribunales de Convivencia Vecinal, órgano de justicia de proximidad que dará una respuesta rápida y efectiva a problemas cotidianos como usurpaciones, obras ilegales, contaminación, vandalismo, ocupación ilegal del espacio público y conflictos vecinales”, expresó el edil.
Con la aspiración de que la autonomía proporcione las herramientas para que Rosario funcione, sin demoras, Lifschitz apuntó que la segunda gran urgencia de la ciudadanía es tener una clase política a la altura del desafío y que rinda cuentas: “la Autonomía debe ser el vehículo para una profunda renovación ética, esta es la base para restaurar la confianza perdida entre los ciudadanos y el gobierno. Esta agenda de transparencia es el motor de la nueva política y un compromiso innegociable de las nuevas generaciones”.
En este sentido, el concejal manifestó que se tiene que crear un Tribunal Auditor Municipal autónomo, con participación de técnicos profesionales, pero también de los vecinos. “Pretendemos que este organismo pueda realizar auditorías exhaustivas a cada peso gastado como así también en cada acción realizada por el ejecutivo. Este organismo tendrá que ser implacable con el despilfarro y garantizar la eliminación de todos los gastos innecesarios”.
Finalmente se refirió a la nueva Carta Orgánica y sus desafíos: “Nos tiene que permitir impulsar una estrategia económica local activa, fomentando el desarrollo tecnológico y la innovación”.
“Si logramos que la Autonomía resuelva el problema de la inseguridad, el desorden urbano y los problemas crónicos de gestión, habremos asumido la responsabilidad histórica que nos impone este tiempo. Este es el primer paso, el más audaz, hacia la construcción de una Rosario protagonista, dueña de su futuro y forjadora de su propio destino”, concluyó.
