La NBA y la asociación de jugadores de la liga acordaron un nuevo contrato de cooperación de siete años que incluye nuevos términos, entre los que se encuentra el consumo de marihuana, prohibida hasta la fecha.

Según medios especializados estadounidenses, liga y sindicato de jugadores firmarán el nuevo convenio colectivo hasta 2030 y entrará en vigor la campaña que viene.
El consumo de cannabis no acarreará sanciones durante la competición y el nuevo campeonato se jugará en noviembre con eliminatorias a un partido, al estilo europeo
La NBA y el sindicato de jugadores han alcanzado un acuerdo para el nuevo convenio colectivo de la liga, según medios estadounidenses. Ambas partes llevaron las negociaciones a buen puerto en la madrugada del sábado, a unas horas para que se cerrase el plazo, sobre la bocina. Un nuevo documento que entrará en vigor la próxima temporada y que se extenderá hasta 2030, espantando así todos los fantasmas de un posible ‘lockout’, un cierre patronal, una huelga, como la que ya ocurrió en 2011 y que obligó a retrasar el inicio de la competición varios meses (aquella campaña solo tuvo 66 partidos de temporada regular en vez de los 82 habituales).
El acuerdo, un mar de números donde los elementos clave son los contratos televisivos, los ingresos por la explotación de la competición y el límite salarial de las franquicias, trae sin embargo dos novedades de lo más llamativas: el consumo de marihuana será legal durante la competición (no habrá controles a los jugadores) y en noviembre, en una sede neutral, se jugará un torneo copero al estilo del baloncesto europeo, como la Copa del Rey de España (eliminatorias a un partido).
Permitir el consumo de marihuana, pese a que el titular sería impactante en cualquier otra competición deportiva del planeta, no lo es tanto en la NBA. De hecho, es el final de un recorrido que han seguido liga y sindicato desde hace años, una muestra más de su espíritu de liga progresista y con un fuerte carácter político.
Las inspecciones por el consumo de cannabis eran ya muy laxas (se sancionaba con cinco partidos a aquel jugador que daba tres positivos en cuatro controles anuales) e incluso los deportistas hablaban sin tapujos sobre su consumo en ruedas de prensa y entrevistas. Kevin Durant (Phoenix Suns), una de las máximas estrellas de la competición, tiene un contrato de patrocinio con una empresa, Weedmaps, que promueve el uso de la sustancia en el deporte profesional.
La NBA, al ser un circuito cerrado, es ajena a todas las leyes establecidas por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), que incluye la marihuana como sustancia prohibida (aunque también con penas cada vez más bajas), y es por eso que puede tomar este tipo de decisiones de forma unilateral.
Pero sin duda, la gran novedad es que habrá una Copa NBA, un nuevo torneo que se jugará en noviembre y que copiará el modelo de las copas del baloncesto europeo, es decir, a un partido hasta que solo quede un rey de la colina.
Los equipos se dividirán en grupos durante la temporada regular y de ellos, ocho escudos jugarán la fase final en una ciudad neutral (Las Vegas, que ansía desde hace años una franquicia NBA, aparece en el horizonte como sede). Además, los campeones tendrán premio en metálico, todo para dotar de colmillo competitivo a los primeros meses de competición, que suelen ser los más plomizos en cuanto a tensión.
Por último, una de las reglas que tenía todas las papeletas para ser abolida se mantendrá al menos hasta final de década. Los jugadores tendrán que jugar al menos un año en la liga universitaria (NCAA) antes de dar el salto a la NBA, algo que hace unos años era de lo más común, como en los casos de grandes leyendas como Kobe Bryant o LeBron James, que dieron el gran paso con la mayoría de edad recién cumplida. Desde hoy y hasta 2030, tendrá que hacerse con 19 años.