Durante la mañana y tras la tradicional foto de familia, el mandatario argentino debió suspender parte de su participación en la cumbre del G20 y fue reemplazado por el canciller Santiago Cafiero. Las altas temperaturas combinadas con la pérdida de sangre que genera esta dolencia gástrica, provocaron la descompensación. Por la tarde retoma actividades y participará de la cumbre con Xi Jinping. “Fue un susto, pero ya estoy bien”, le dijo el presidente a la prensa.
Luego de participar de la tradicional foto de familia y en un contexto de calor sofocante, con 34 grados a la sombra, Alberto Fernández sufrió una descompensación en el marco de su participación en la cumbre mundial del G20, que se realiza en Bali. En principio fue diagnosticado como un “episodio de hipotensión y mareos”, pero con el correr de las horas y estudios médicos mediante, la Unidad Médica Presidencial sostuvo que se trató de “una gastritis erosiva con signos de sangrado”.
En ese mismo parte, que lleva la firma de su titular el doctor Federico Saavedra, se afirma que el mandatario “recibió el tratamiento médico adecuado encontrándose en buen estado de salud y reanudando sus actividades con control médico”.
Según se pudo reconstruir, a los pocos minutos de arribar al Centro de Convenciones ubicado en el hotel The Apurva Kempinski, alrededor delas once de la mañana en Bali, la situación se complicó. “Sangró mucho y eso provocó la descompensación”, afirmó un miembro de la comitiva a los medios.
Inmediatamente Fernández fue trasladado al hospital General Sanglah, donde le pusieron suero y le hicieron una batería de estudios luego de los cuales se concluyó que se trataba de “una gastritis erosiva con signos de sangrado”.
Por este motivo, el presidente no pudo participar de las dos sesiones de debate, el almuerzo oficial y el evento organizado por Joseph Biden para analizar un fondo de infraestructura destinado a contener la ofensiva de China sobre América Latina, Asia y Africa, actividades en las que fue reemplazado por el canciller Santiago Cafiero y el embajador en Estados Unidos Jorge Arguello.
Ante la consulta de los periodistas, Alberto Fernández explicó; “fue un susto, una gastritis sangrante nunca atendida por mi que hoy hizo eclosión por el mismo clima de este lugar, pero ya estoy bien”.
