Con el objetivo de reforzar las resarvas del Banco Central, se planteó la posibilidad de crear un “tipo de cambio diferenciado” mayor al de la cotización oficial.

La necesidad de dólares del Banco Central no tiene fin, algo que se agravó en las últimas semanas por la menor venta de soja de los productores. Las turbulencias en los precios internacionales de los commodities y, fundamentalmente, el aumento de la brecha cambiaria por la disparada del dólar blue y los financieros, hace cada vez menos tentador desarmar los silobolsas.
En ese escenario, esta semana se plantearon dos alternativas para acelerar las ventas que, por el momento, parecen descartadas: la baja de temporal de retenciones y la creación de un tipo de cambio diferenciado para el sector agropecuario.
A última hora del jueves, fuentes del Gobierno desmintieron la posibilidad de que el campo pueda vender su cosecha a un tipo de cambio mayor al dólar divisas compra, que hoy cerró en $129,38.
“Es un gran disparate lo del dólar para el agro, no hay nada de eso”, dijo una fuente oficial a medios de prensa. Y agregó: “Es parte de una especulación tendiente a forzar el mercado de cambio restringiendo la oferta de divisas. No se evalúa ninguna medida que implique mejorar ese tipo de cambio para el agro”.
Más allá de la desmentida, otro funcionario aseguró que la idea “se manejó como una alternativa”, aunque, relativizó la posibilidad de utilizarla. Es algo que “no está modelizado”.
En ese sentido, los técnicos del Ministerio de Agricultura vienen siendo consultados durante la última semana para ver los diferentes impactos que pueden tener las opciones que se van poniendo sobre la mesa para tratar de acelerar la venta de soja.
“No se está trabajando sobre ese punto”, fue enfático uno de los técnicos.
¿En qué consistía el rumor? En que el gobierno crearía un “dólar agroexportador” con una cotización 20/30% mayor que la del oficial por un tiempo determinado. El mecanismo estaría vigente por poco tiempo y apuntaría a los productores que de todas formas terminarán vendiendo a fines de agosto y septiembre para encarar la campaña gruesa. Es decir, es una forma de ganar un poco de tiempo y tratar de ponerle un torniquete al drenaje de reservas del Banco Central.
Tampoco habrá baja temporal de retenciones
La otra alternativa planteada esta semana fue una baja temporal de retenciones. La idea fue propuesta por los mismos exportadores de cereales, pero ya estaría descartada por dos motivos.
Primero, el costo fiscal. Para que la medida tenga algún tipo de impacto la baja debería ser de al menos diez puntos porcentuales. Eso significaría que el Gobierno recaudaría entre 50 y 60 dólares por tonelada. Por ejemplo, si se lograran ventas por 2 millones de toneladas el costo fiscal sería de unos USD 120 millones.
Pero eso tampoco garantiza que los productores vendan ya que esos 50/60 dólares extras que podrían captar, deberían ser convertidos al tipo de cambio oficial. Quedarse en pesos o pagar el doble para hacerse de dólares, no es una opción viable hoy en día.
El segundo motivo, político, es que nadie en el Gobierno considera que una baja de retenciones pueda pasar el filtro del ala kirchenrista.
¿Hay salida para que se venda más soja?
En el corte de cintas de la Exposición Rural de Palermo, el Secretario de Agricultura, Matías Lestani se sinceraba: “Es cierto que se vendió menos soja, pero eso fue compensado por las mayores ventas de trigo y maíz. Además, lo que no se vendió hasta ahora se venderá a fines de agosto o principios de septiembre”, dijo en charla con este medio.
En el primer semestre del año, el ingreso de divisas por exportaciones de granos y subproductos fue de USD 19.000 millones. Un aporte más que importante que de todas formas resultan insuficiente para equilibrar los números del Banco Central.
Y al momento, parece que los funcionarios tienen más ideas para descartar que para que sean aplicadas.