El Senado de la Nación aprobó a mano alzada, sin debate, un acuerdo por el cual se aumentarán las dietas. En el último minuto de la sesión el senador Juan Carlos Romero propuso votar sobre tablas el proyecto de resolución 615/24 (del que nunca se mencionó su contenido) y los legisladores votaron a mano alzada.
En el marco de la sesión del Senado donde La Libertad Avanza (LLA) busca aprobar pliegos de embajadores, la oposición cocinó una jugada y posicionó nuevamente el debate por lo que cobran los legisladores. El proyecto de resolución para aumentar las dietas de los senadores mediante un sistema de unidades fue votado por dos tercios de los presentes. El objetivo de la votación sobre tablas fue evitar que existan maniobras dilatorias y deja en manos de Victoria Villarruel la convalidación, que no se opone.
Oficialmente, el proyecto no había sido incluido en el plan de labor y no era parte de la discusión. Hasta esta mañana ni siquiera había ingresado al Senado. Pero en el apartado de temas a tratar sobre tablas la oposición esperaba el ingreso del proyecto para imponer los dos tercios y poder tratarlo esta misma sesión. Es que el texto tiene la firma de radicales, peronistas federales aliados incluso al oficialismo como el salteño Juan Carlos Romero y de Unión por la Patria.
En concreto, se aumenta mediante los módulos con los que se calculan los sueldos legislativos las dietas de los senadores. En este caso, 2.500 módulos más gastos de representación y desarraigo. Lo que percibe un legislador de la Cámara alta pasaría de menos de 2 millones de pesos a más de 4 millones de pesos.
El proyecto contó con un amplio apoyo mayoritario. En los pasillos el tema recorrió desde el inicio de la sesión todas las charlas. La cuestión por las dietas se volvió a disparar cuando los legisladores conocieron que cobra el vocero Manuel Adorni recién ascendido. “Eso disparó la inquietud”, afirman.
En La Libertad Avanza buscaron la manera de contener la embestida. Tras la aprobación y por ser una resolución, el tema queda en manos de Villarruel que debe decretar el aumento. Esta vez, con una votación amplia que se lo pide y con una excusa para evitar reproches desde la Casa Rosada. Para la oposición fue una doble oportunidad, actualizar las dietas y generar una nueva incomodidad en el oficialismo.