Uno es que la Secretaría de Asuntos Penales del Ministerio de Justicia y Seguridad de Santa Fe había resuelto el 14 de enero pasar a disponibilidad y suspender en forma preventiva en su puesto al oficial del Servicio Penitenciario (SP) Hernán Peralta, quien fue apuntado por los guardias Julián Aguirre y Gustavo Raimondi en una audiencia imputativa como quien les dio la orden de abrir la celda en la que estaba De la Encina y entregarlo a sus asesinos.
Y ayer el procedimiento efectuado por Gendarmería hallando droga en los allanamientos en la cárcel de Las Flores de la ciudad de Santa Fe. Marca otro escándalo en la seguridad de nuestra provincia. Se descabezó la cúpula del servicio penitenciario y se monitorea nuevas medidas.
Los allanamientos en la Unidad Penitenciaria Nº 2 ubicada en la zona norte de la capital provincial comenzaron el viernes a partir del hallazgo, en una requisa de rutina realizada el jueves por el Servicio Penitenciario (SP) santafesino, de 4,200 kilos de marihuana distribuidos en 15 panes que estaban enterrados en el patio interno del pabellón 6.
En esa primera inspección se encontraron 12 teléfonos celulares, 18 elementos cortopunzantes, dos pendrives, cuatro chips de teléfonos, siete pipas para fumar, otros 64 gramos de marihuana y 49 gramos de cocaína, sustancias que estaban fraccionadas en diferentes envoltorios. Además se detectó que en el pabellón 6 había dos cámaras de vigilancia que no estaban funcionando.
Las requisas incluyen los controles de pertenencias de los presos así como los de la estructura edilicia. Según se informó este martes, los uniformados ya inspeccionaron los pabellones 2, 3, 4, 6 y 7, así como la alcaidía transitoria.
Las incautaciones continuaron y hasta el momento los gendarmes secuestraron un total de 55 gramos de cocaína, 131 de marihuana, semillas y una planta de cannabis sativa. Además se encontraron en total 54 pipas artesanales para fumar y 884 elementos cortopunzantes. Asimismo, la cantidad de teléfonos celulares ascendió a 34, se hallaron 13 pendrives y 12 tarjetas SIM.
El reemplanteo sobre el trabajo sobre las cárceles es necesario para tranquilizar una sociedad que reconoce un rebrote incipiente de muertes y robos en la vía pública.