La zona del Palomar del parque Independencia y la esquina de Pueyrredón y Pellegrini fueron los puntos críticos de los disturbios.
Disparos de balas de goma y corridas asustaron a muchas familias que habían ido a ver el partido y debieron permanecer dentro del estadio resguardándose de la situación que originó la bronca de los hinchas.